Hace algún tiempo alguien le rogó que por favor nunca acabasen mal. Ella, sonriendo ilusa dijo que eso nunca ocurriría. Él le dijo que nunca sería capaz de hacerle daño.
La pequeña fue muy, muy feliz. Fue feliz hasta que se dio cuenta de que todo el mundo miente. Y él no iba a ser la excepción.
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